LOLA G

La charla del día anterior en el museo Thyssen despertó mi curiosidad. Me identifiqué con la palabra Identity porque mi vida es una búsqueda de mi identidad. Buscaba una experiencia bonita y comprometida y me encontré muy a gusto. Me sentí libre, alegre, segura y generosa.

Con los años he descubierto que mi rostro es un lugar para experimentar porque es dónde más rápido veo los resultados de mis cambios internos. Una experiencia de dentro hacia fuera. Cada vez que se han producido situaciones complicadas en mi proceso personal interno, necesito ver fuera el cambio. Donde mejor lo veo es en mi rostro, concretamente, en mi pelo. Para mí, el pelo tiene mucha importancia porque le da mucha expresión al rostro.

Siempre he sentido la presión externa de los estándares de belleza pero mi inquietud interna es más fuerte.

Justo antes de que comenzara el confinamiento pasé momentos internamente muy duros. Cuando nos confinaron confirmé que tenía que cambiar temas personales y ese mismo día decidí que necesitaba ver mi pelo real: ¿cómo era mi rostro con mi pelo sin tintar? ¿Cómo es la naturalidad de mi pelo y mi persona? Tengo canas desde los 20 años y nunca las he dejado ver. Esto lo podría aplicar a muchas cosas…

Me rapé el pelo para poder eliminar todo el tinte naranja.

Esa misma tarde-noche tenía una vídeo llamada y comencé a sentirme fatal (así surgen las constricciones externas). Me sentía desnuda y sensible. Tenía que haber esperado unos días para encontrarme conmigo misma antes de exponerme a los demás (dentro – fuera). No volví a exponerme hasta una semana después, cuando yo ya había asimilado mi proceso. Estoy contenta con la decisión y me encuentro bien cuando me veo.