DAVID

Creo que jamás lo habría hecho habiendo sabido antes en qué consistía, pero estoy muy contento de haber vivido algo tan interesante.

 

Cogí mi cámara y fui hasta La Térmica pensando que sería un taller de fotografía y allí descubrí lo que de verdad era. Durante largos minutos estuve nervioso, pensando si continuar con lo que el proyecto proponía o volver a casa sin hacerlo. Tenía en mi cabeza una mezcla de sensaciones. Por un lado, una lucha contra mis propios prejuicios y, por otro, las ganas de hacer algo distinto y de romper con mis ideas preconcebidas.

 

Al principio me sentí raro. No recuerdo la última vez que me había pintado la cara. Probablemente en algún carnaval. Después de un rato probando algunas pinturas, se fue convirtiendo en una experiencia más y más interesante, en cierto modo relajante, porque me pintaba con las manos casi dándome un masaje. Recuerdo la sensación de vencer totalmente la vergüenza y mirar a la cámara directamente dejando que mis gestos hablasen por mí, aunque sin saber exactamente qué decían.
A veces me ha puesto nervioso la posibilidad de encontrar mi foto en la exposición por sorpresa. Miedo a lo que sentiría al verme.

 

Mi relación con mi rostro es de total aceptación. Creo que nos entendemos bien.

 

No siento que los estándares de belleza me constriñan.

 

Si nos ponen nuestra imagen delante, tenemos cierta tendencia a mirarnos a nosotros mismos en lugar de mirar a la persona con la que hablamos y podemos sentir cierta presión por mantener una expresión «adecuada» mientras hablamos con alguien. Sería más sencillo y sano si solo viésemos a la otra persona. No tengo necesidad de verme tantas veces al día.

DAVID

I don’t think I would have done it if I had known what it involved before, but I am very happy to have experienced something so interesting.

 

I took my camera and went to La Térmica thinking it would be a photography workshop; I only discovered what it really was once I was there. For a long while I was anxious, wondering whether to continue with the project or to go home without doing it. I had a mixture of sensations in my head. On the one hand, a fight against my own prejudices and, on the other hand, the desire to do something different and to break with my preconceived ideas.

 

At first I felt strange. I can’t remember the last time I painted my face. Probably at some carnival. After a while trying some of the make-up, it became an increasingly interesting experience. In a way it was relaxing, because I was painting my face with my hands, almost giving myself a massage. I remember the feeling of totally overcoming embarrassment and looking straight into the camera, letting my gestures speak for me, although I didn’t know exactly what they were saying.
Sometimes it made anxious thinking that I unexpectedly could find my photo in an exhibition. I was afraid of what I would feel when I saw myself.

 

My relationship with my face is one of total acceptance. I think we understand each other well.

 

I don’t feel that standards of beauty constrain me.

 

When we are in front of our own image, we have a tendency to look at ourselves rather than at the person we are talking to and we may feel some pressure to maintain a “suitable” expression while talking to someone. It would be simpler and healthier if we only saw the other person. I don’t need to see myself so many times a day.

LAURA | LOLA G | DAVID | CORAIMA | MÓNIKA |SALOMÉ | ANABEL | ALEJANDRO | MARINA | MARTÍN | CARMEN | LOLA R | MARILÓ | JESÚS | PATRÍCIA | MARIE