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Jean Halsdorf, Director del “Ensemble de la Chapelle Saint Marc “de Luxemburgo, será el director de este programa genuinamente barroco
El día 14 de julio de 2017, a las 21 horas, en Auditorio Edgar Neville de la Diputación de Málaga, tendrá lugar un concierto de la Joven Orquesta Barroca de Andalucía integramente dedicado a Haendel bajo la dirección de Jean Halsdorf.
La entrada es gratuita y las invitaciones se podían recoger en el Auditorio Edgar Neville de la Diputación de Málaga (C/ Pacífico, 54), pero ya están agotadas.
NOTAS AL PROGRAMA CLAUSURA TERCERA PROMOCIÓN
Con apenas diecisiete años Georg Friedrich Haendel (1685-1759) ostenta el cargo de organista en la Catedral de Halle. El punto de partida de una intensa carrera musical cincelada en la solidez del contrapunto alemán, revestida de las singularidades de la ópera italiana y con los acentos de la Inglaterra de H. Purcell consagrará el oratorio para la posteridad. Todos estos elementos vienen a conformar el estilo del músico. Estilo decididamente teatral, hondo y dramático “…un mar al que todos los ríos del universo no podrían apagar la sed ni turbar la serenidad”.
Haendel goza de esa plasticidad capaz de impregnar sensaciones, construir decorados sonoros y a diferencia de su coetáneo J. S. Bach -inamovible en sus concepciones teóricas- supo entender e incorporar los gustos y modas del Londres Georgiano. Y todo sin renunciar a sus convicciones artísticas. A pesar de los desvelos por imponer el drama a la italiana desde la Royal Academy of Music, que casi lo llevan al filo de la ruina, curiosamente la posteridad lo reconocerá por su catálogo espiritual y de temática bíblica y extraídos de la mitología como es el oratorio. En el caso del cantor de Santo Tomás curiosamente la obra instrumental será la que más madrugue del silencio.
Tras la muerte de la reina Anna el Elector de Hannonver accede al trono inglés como Jorge II. El destino quiso reencontrar a Haendel con su antiguo patrón, y nada mejor que atraer el favor real con una página: Water Music (HWV348-350). Impactante tanto en el plano formal, como visual, plástico y sobre todo monumental… Es la fiesta barroca. El London Daily Courant, del 19 de julio de 1717, plasmó el estreno describiendo el paseo que desde Whitehall hasta Chelsea emprendió la barcaza real. En el trayecto además del acompañamiento de parte de la corte viajaba otra embarcación con cincuenta músicos encargados de amenizar todo el recorrido. Haendel escribe un extenso trabajo dividido en una obertura a la que suceden una veintena de movimientos, agrupados en tres suites – Fa, Re y Sol mayor-, en los que no faltan la inclusión de trompas e incluso improvisaciones del timbal y notables dificultades tanto en la ejecución de los ornamentos, como la propia plantilla orquestal.
Esta “precisa indefinición” amplificada por el carácter danzante de la Música Acuática permite la inclusión de tiempos contrastantes cuyo orden de interpretación no es rígido sino todo lo contrario, facilita realizar toda clase de combinaciones. La obra fue revisada por el propio compositor y concurren además las manos de compositores posteriores así como distintos componentes y secuencias descubiertas por C. Hogwood. Parte sustancial del material utilizado corresponde, como era habitual en la época, a fragmentos procedentes de trabajos anteriores a los que engarzará hallazgos como el Allegro de la apertura, el murmullo del Air o el saltarín Menuett. La atrevida Hornpipe sirve de pórtico al Allegro conclusivo que, a pesar de sus líneas ampulosas, encierra el ardor y arrojo de los grandes maestros italianos.
Compositor, director y empresario el corpus haendeliano repasa todas las formas de su tiempo con especial atención a la lírica italiana que no llegó a cuajar en aquellos círculos sociales. Distinta suerte correrían su casi veintena de oratorios. Frente al distante italiano, la lengua de las islas encuentra en el oratorio un hueco en el repertorio. Con libreto de Morell, Salomón se inspira en los libros de los Reyes, Crónicas y Antigüedades judías de Flavio Josefo. Este tríptico musical ahonda en la figura del sabio rey bíblico destacando tres facetas concretas: su piedad, la sabiduría del monarca y finalmente, atraída por el esplendor de su reinado la tercera sección del oratorio fija la atención en la visita de la reina de Saba. Excusa, esta última, en la que el músico hace gala de la amplitud de su escritura y tal vez identificar la corte salomónica con la incipiente Inglaterra de Jorge II. Este episodio instrumental, sirve de prólogo a toda la tercera parte y está confiado a la cuerda junto a dos oboes.
Más allá de las cuestiones dinásticas y territoriales europeas el Tratado de Aquisgrán (1748) mostraría una Inglaterra imparable como potencia comercial y de ultramar. Para conmemorar la paz de Aix-La Chapelle el maestro Haendel estrena el 27 de abril de 1749 en Green Park la Royal Fireworks Music. El público londinense se agolpó en los ensayos públicos aunque aquel día acabó en un estrepitoso incendio de la arquitectura levantada para los fuegos. La obertura articulada en cuatro movimientos –grave, allegro, lentamente y allegro- destaca por su notable dimensión. Además de su influencia gala sobresalen las brillantes fanfarrias y el incisivo timbal que dan a la página pompa y solemnidad. El breve pero vivaraz Bourrèe nos conduce a un motivo original de corte alusivo a la festividad. La Paix, Largo a la Siciliana, vuelve la mirada a ese estilo vibrante y colorista aprendido en Italia dando rienda suelta a la habilidad melódica del músico. Tras los Menuett I y II, dos danzas de impecable factura llenos de gracia, concluye la suite La Rejouissance cuya influencia francesa destaca por sus hechuras pomposas donde el empaque de metales y timbal dan un tono solemne a esta pieza de cierre. La partitura original, escrita para ser interpretada al aire libre, tendrá una revisión posterior de Haendel con vistas a su interpretación en concierto reduciendo el peso del viento e incorporando un conjunto de cuerdas.
Concurren varias circunstancias entorno al olvido de Bach frente a la permanencia de Haendel. Bach fue presa de sus conclusiones teóricas y el ambiente cerrado que lo rodeó. La facilidad con la que circulaban en Alemania las partituras manuscritas frente a las de tirada impresa contribuirían bien poco a la difusión de la obra del maestro de Leipzig. Por el contrario, la versatilidad haendeliana lo convierten en un músico permeable, con un agudo olfato empresarial que aprovechará las ventajas de la imprenta redundando en la bolsa y también acercando su catálogo a todo el continente y el amanecer del imperio británico. Otro elemento a considerar es la versatilidad haendeliana para atender a las necesidades de la corte; la fiesta barroca es entendida por el compositor en términos de teatralidad y pompa, lo que nos habla de un músico atento a su época, no falto del gusto y genio que lo guardarán para la posteridad. Siéntanse invitados de excepción por un instante en la barcaza de Jorge II, admiren la gloria de Salomón y vibren con los fuegos de artificio.
Alejandro Fernández