Entrada libre hasta completar aforo
Sala 001
Dicen que cuando un artista o cualquier persona descubre quién es verdaderamente -esto es cuáles son sus objetivos en la vida y la manera que quiere explorar para expresarlos o conseguirlos- encuentra su voz. Por extensión, a voz de un ser humano es uno de los rasgos que más nos definen y que resultan más difíciles de falsear: es nuestra manera de expresarnos ante el mundo. Así, encontrar tu propia voz, metafóricamente hablando, es descubrir quién eres en realidad. No es un camino sencillo, naturalmente. En aquellas artes en los que la voz es la principal herramienta los profesionales dedican numerosas horas y herramientas a perfeccionar sus cualidades. Así, tanto en el teatro y las artes de la actuación como en la música la voz es una de las características más apreciadas y distintivas de un artista. Se llama rango vocal, en el caso de los cantantes, a las notas que es capaz de emitir una persona. Es decir, la amplitud de la extensión de notas musicales desde lo más grave o lo más agudo que le permite su aparato fonador. Siguiendo con las metáforas, el rango vocal de una persona sería, en sentido figurado, la cantidad de ideas o conocimientos que una persona puede abarcar a lo largo de su vida. Paradójicamente, aunque con la edad perdamos elasticidad y registro o rango vocal musical y vibratoriamente hablando, puede ser que nuestro rango vocal vital haya aumentado. Se dice que vivir con conciencia es la mejor medicina para luchar con la enfermedad de querer tener razón. Puede que nuestro cuerpo y nuestros músculos estén más cansados, pero si hemos vivido convenientemente, nuestras ideas serán más flexibles y moldeables.
En este ciclo vamos a hablar de música y de vida con personas que han dedicado su vida a la música. Y vamos a usar la voz para ello. El periodista, activista y gestor cultural Héctor Márquez, cuya experiencia en la creación de peculiares y exitosos formatos musicales es reconocida, dialogará con artistas y creadores que han dedicado su vida a la música, que han hecho de la música su profesión. Personas que identificamos y amamos porque lograron encontrar su propia voz y en muchos casos la usaron para expresar lo que habían ido descubriendo en el camino. En sus orígenes, la música era algo mágico y sagrado. Una manera no sólo de comunicarse con lo que nos superaba, con lo intuido y desconocido o con lo cercano. También era un medio de sanación. Los primeros humanos descubrieron pronto que el canto o el sonido de un instrumento acompañados de una percusión modificaban extrañamente el ánimo de quien los escuchaba. Hoy, la física nos demuestra que una vibración sonora modifica la estructura misma de la materia que la percibe. Quizás el resto más ancestral que nos ha quedado de aquella concepción chamánica de la existencia sean las nanas: cantarle a un bebé o leerle un cuento para que duerma es siempre más efectivo que cien mil fármacos.
Así en Rango vocal vamos a charlar, a escuchar, a aprender de los músicos y de la vida que hay detrás de ellos. Más allá de las anécdotas que tienen que ver con la fama y el éxito vamos a saber cómo la música hizo diferentes sus vidas. Vamos a intentar descubrir, desde esta herramienta tan fabulosa que es la comunicación con la voz y el diálogo, qué colores tiene el rango de su voz. De su trayectoria vital.
María del Mar Rodríguez Carnero (Málaga, 1975), más conocida como La Mari, fue el alma máter, la voz y la imagen, del proyecto que inventó aquello del flamenco-chill, Chambao. Hace un par de años decidió emprender camino musical en solitario con su nombre. Chambao se montó como un cuarteto al inicio del milenio y desde 2005 comenzó a ser un proyecto exclusivamente liderado por ella. Su evolución desde la mezcla de música electrónica con las raíces flamencas de su cantante hacia un concepto más globalizado, con conciencia social y de raíz contribuyó a que se convirtiera en uno de los grupos más internacionales y originales que ha dado España en las dos últimas décadas. Algunas de sus canciones se han convertido en himnos tanto de colectivos desfavorecidos como de campañas institucionales. Tras diagnosticársele en 2005 un cáncer de mama, se convirtió, a pesar de su reconocida timidez, en cara visible de muchas mujeres que sufrieron la misma enfermedad. En 2006 escribió junto a su hermana Aurora Enamorá de la vida, aunque a veces duela, donde cuenta su experiencia personal sobre la enfermedad. Ha recibido numerosos premios y galardones, entre ellos la Medalla de Oro de Andalucía en el año 2009. Algunos de sus discos son Flamenco Chill, Endorfinas en la mente, Con otro aire, En el fin del mundo o Nuevo ciclo. Prepara la salida de su nuevo disco. (H.M)