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Del 7 de octubre de 2022 al 12 de febrero de 2023
Horario: De martes a domingo de 11.00 a 14.00 y de 17.00 a 20.30 horas. Lunes cerrado.
Entrada libre hasta completar aforo.
This is my Swim Lane, de la fotógrafa eslovaca María Svarbova, presenta casi un centenar de piezas entre instantáneas de todas sus series artísticas hasta la fecha, material audiovisual, documentos o atrezzo usados para sus rodajes.
«Cuando miro por el visor, veo un mundo paralelo. Es un mundo imaginario que funciona en un plano temporal diferente»
Comisariada por Dumia Medina, la exposición se divide en dos grandes bloques. Por un lado, muestra sus famosas series Swimming Pools, con las conocidas fotografías de las nadadoras y sus llamativos gorros de color rojo o amarillo, que tanta fama le han dado; y, por otro, el resto de series, más narrativas, que ella ha denominado Futuro Retro.
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Border II_2018
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Anna _ The Adults 1_Anna_2015
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Greta 2_2014-2017
El estilo personal de María Svarbova se aleja del retrato tradicional y se centra en la experimentación con el espacio, el color y la atmósfera. Interesada en la arquitectura y los espacios públicos de la época comunista, María transforma cada escena con una frescura moderna que pone de manifiesto la profundidad y la variedad de su paleta creativa. Las figuras cuidadosamente compuestas crean escenas temáticas y oníricas con objetos ordinarios. Sus imágenes mantienen una tensión silenciosa que insinúa posibilidades a punto de ocurrir bajo el brillo de los espacios depurados y pulidos.
En su obra se percibe a menudo una sensación de frío distanciamiento y liminalidad. Las acciones rutinarias, como el ejercicio, las citas con el médico y las tareas domésticas se enmarcan en una pureza visual que es tranquilizadora y simétrica y a veces reverbera con una quietud etérea. El efecto general evoca un silencio contemplativo en un momento prolongado de augurio y reflexión, una cualidad difícil de alcanzar en el rápido ritmo de la vida contemporánea. La visión posmoderna de María articula con audacia un diálogo que obliga al espectador a responder al misterio, la soledad y el aislamiento de la experiencia humana. Sin embargo, sus composiciones, profundamente arraigadas en los pasteles acuosos, poseen una elegancia aclamatoria que transforma la mirada del espectador en una reverencia perdurable por la belleza sencilla de la vida.
«Cuando miro por el visor, veo un mundo paralelo. Es un mundo imaginario que funciona en un plano temporal diferente»
María Svarbova (Eslovaquia, 1988) es fotógrafa. Estudió en la Universidad de Constantino el filósofo y en la Escuela de Artes Aplicadas Josefa Vydru. Ha recibido varios premios prestigiosos, entre ellos el Hasselblad Masters Award, y sus exposiciones la han situado a la cabeza de sus contemporáneos, atrayendo la atención de destacadas publicaciones en todo el mundo como Vogue, Forbes, CNN o The Guardian. Su talento le ha valido un puesto en la codiciada lista 30 under 30 de Forbes. En 2019 Apple le encarga la realización de una serie fotográfica exclusiva tomada con iPhone. Ha publicado dos libros con sus fotografías: Swimming Pools (2021) y Futuro Retro (2019).
Comenzó su carrera fotográfica en 2010. Se dio a conocer gracias a su icónica serie «Swimming Pool», en la que empezó a trabajar en 2014. Las fotografías limpias, minimalistas y un tanto nostálgicas en piscinas de su Eslovaquia natal llamaron la atención de la escena artística internacional y, posteriormente, su trabajo apareció en medios de comunicación (The Guardian, CNN, Forbes, etc.) y en galerías de todo el mundo.
Desde que creció en el pequeño pueblo eslovaco de Slepčany, Svarbova siempre quiso ser artista. Empezó a perseguir su sueño desde los 15 años, cuando se fue a un instituto de arte en Bratislava. Se especializó en la Conservación y restauración de tallas de madera; sin embargo, en el momento de su graduación, sufría un bloqueo creativo y no pudo dibujar ni pintar nada durante mucho tiempo. Más tarde se matriculó en la Universidad Filósofo Constantino de Nitra, donde se especializó en Arqueología. Cuando estaba en su tercer año, su hermana le regaló una cámara DSLR. Svarbova no tardó en darse cuenta de que había encontrado su medio y el propósito de su vida. La fotografía era algo a lo que se dedicaría.
Svarbova es una fotógrafa autodidacta. Ante todo, escucha sus instintos y su intuición. Cree que un lenguaje visual propio es el mayor regalo que puede recibir un artista, y agradece la libertad absoluta de fotografiar en base a sus propios pensamientos, imaginación y recuerdos. Para hacer su mejor trabajo, necesita sentir y sumergirse en su propio mundo creativo.
Al principio de su carrera, Svarbova se centró principalmente en el retrato con temas surrealistas. Su obra animaba a los espectadores a usar su imaginación para buscar respuestas en su obra. Aunque sus primeros trabajos atrajeron atención internacional, el año 2014 simboliza realmente el comienzo de su lenguaje visual característico, gracias al cual su obra se ha hecho reconocible en todo el mundo. La magia ocurrió cuando llegó a la primera piscina que pretendía fotografiar. Las imágenes que tomó ese día marcaron el inicio del manifiesto de su obra conceptual.