El artista norteamericano Ryan McGinley concede una entrevista exclusiva en España a La Térmica con motivo de su exposición ‘Yearbook’ en el Centro de cultura contemporánea
Desde el pasado 19 de noviembre de 2016 se puede visitar en La Térmica la muestra ‘Yearbook’ del fotógrafo norteamericano Ryan McGinley. Comisariada por Alex Brahim y Mario Martin Pareja, y concebida como una gran instalación de imágenes que invaden la sala de exposiciones, garantiza al espectador un momento íntimo y delicado cuando se contemplan cada uno de los retratos de manera individualizada.
A lo largo de su carrera el artista ha roto repetidamente las fronteras entre lo público y lo privado. En este caso, se ha empleado una técnica industrial en producción comercial de imágenes para conseguir una visión profundamente personal en cada retrato. En este proyecto, el artista muestra a jóvenes desnudos en imágenes con fondos de todos los colores posibles, especialmente saturados para resaltar la diversidad que permanece en cada uno de los modelos, y que hace referencia al circuito artístico de Nueva York.
En su quinto año de estudio en Parsons School, Ryan asistió a una clase impartida por George Pitts. Se llamaba ‘Desnudez, sexualidad y belleza en la fotografía’ y desde ese momento esos tres elementos se convirtieron en algo imprescindible y clave en su trabajo. La obra de este artista se mueve entre su trabajo en estudio y su fotografía al exterior, pero también ha trabajado con artistas internacionales como Sigur Ros, M.I.A, Beyoncé Tomas Maier, Brendan Drake y Marion Cotillard entre muchos otros. Siempre se le ha comparado con Nan Goldin, Wolfgang Tillmans y Larry Clark. Su obra ha sido exhibida en los mejores museos y galerías del mundo.
La Térmica presenta esta entrevista realizada en exclusiva con el artista minutos antes de la inauguración de ‘Yearbook’ el pasado 19 de noviembre:
Hola Ryan, ¿Cómo estás?
Muy bien, acabo de ver todas las fotos del montaje final de ‘Yearbook’ en La Térmica, y ha quedado realmente sorprendente.
Háblanos sobre ella, ¿Cómo fue el proceso de creación de este proyecto, la elección de los modelos y dónde la realizaste?
Todas las fotografías se han realizado en mi estudio de Nueva York, que está en Chinatown. Normalmente tomo fotografías de unas ocho personas al día. Generalmente encuentro a todas estas personas gracias a una directora de casting con la que trabajo habitualmente, ella suele ir a muchos festivales de música, escuelas y facultades de arte, a todos los diferentes barrios de Nueva York, Brooklyn, Queens; encontramos a un montón de gente de esta manera. También hay amigos de profesión que me recomiendan a gente que responde al estilo de mis imágenes. Y el único requisito que tengo es que todos sean artistas. Músicos, poetas, pintores…
¿Por qué decidiste que el montaje de la exposición fuese una instalación que invade el espacio expositivo?
Creo que la primera vez que pensé en hacer esta exposición fue en una tienda de discos, estaba comprando vinilos, ¿has visto la forma en la que los colocan, todos en la pared formando una cuadrícula gigante? Lo vi, y me pareció genial. Pensé que era una idea muy buena para mostrar fotografías, y poco después de eso, caminando por las calles de Nueva York, vi como estaban encolando la pared con anuncios, y eso también me pareció interesante para esta idea. Especialmente porque es parte de mi vida diaria, cuando paseo con mi perro y puedes ver todos esos inmensos anuncios alrededor. Y entonces, el momento final donde tuve una idea clara del montaje fue bailando en un club, donde el suelo era de colores y se iba iluminando de forma aleatoria. Y ahí fue cuando decidí que las fotografías para esta exposición debían ser en su mayoría con colores de fondo, con algunas en blanco y negro, y todas debían tener este efecto de suelo de discoteca. Y cuando presenté este proyecto en Nueva York, también usé el techo y lo cubrí de fotografías, pensando la Capilla Sixtina, una influencia un poco más clásica.
¿Por qué es tan importante el uso del color en la mayoría de tus fotografías, tanto en estudio cómo en exteriores?
Intento elegir los colores de fondo para cada persona antes de fotografiarles, aunque realmente la mayoría de las veces dejo que los propios modelos sean lo que decidan qué color les hace sentir mejor. Al final se trata más de una decisión de ellos.
Estas imágenes empezaron a realizarse en 2008, y se puede ver claramente la presencia de una generación muy concreta en ellas, ¿Por qué fotografías a gente joven, qué significan para ti?
Bueno, creo que me siento muy identificado con la juventud, y generalmente la gente joven tiene menos problemas a la hora de posar desnuda. Es muy difícil encontrar a gente más mayor que esté dispuesta a desnudarse, mientras que la gente joven lo hace con más naturalidad, casi como un acto de rebeldía. Me siento muy unido a los artistas jóvenes, en general.
La imagen en las nuevas generaciones se ha convertido en algo prioritario. La gente joven usa apps como Instagram para mostrarse a sí mismos. ¿Cómo crees que ha afectado la aparición de estas herramientas a la fotografía contemporánea?
Ahora todo el mundo es fotógrafo. A mí me encanta, utilizo la cámara de mi móvil para tomar imágenes que incluso forman parte de mi trabajo, pero no sé si realmente va a afectar tanto a la fotografía contemporánea; creo que la fotografía se convertirá en algo menos relacionado con las clases sociales, ya que en el pasado siempre ha sido muy caro acceder a buenas herramientas de fotografía, y ahora todo el mundo puede hacerlo, es algo que todos se puede permitir, y esto hace que podamos ver talentos que de otra forma no podríamos.
Cuando uno entra en la sala y se detiene a ver todas las fotografías de ‘Yearbook’, parece ser un manifiesto de la diversidad; la identidad de todos los modelos destaca de forma individual, y hay distintos tipos de cuerpos, géneros, pieles, etc… Dada la situación actual, ¿Crees que los recientes cambios políticos en EEUU pueden afectar a la expresión artística, especialmente en casos similares al de tu proyecto?
Creo que se va a hacer arte muy bueno en los próximos años. Cada vez que hay cambios o revueltas importantes en el panorama político se crean obras de arte sorprendentes, porque la gente está tan enfadada que nace de forma pasional. Creo que un artista crea mejor cuando las condiciones no son favorables. Nueva York es un lugar increíblemente diverso, lleno de gente de todas las razas, y eso es precisamente lo que le hace ser una ciudad tan bonita, todo el mundo cohabita en ella, es un lugar único. ‘Yearbook’ tiene la esencia de Nueva York, es como caminar por las calles de la ciudad, o ir a una fiesta y ver a mis amigos, a mis compañeros, sus caras… Creo que es una de las ciudades con mayor diversidad cultural de todo el mundo.
Algunos de los retratos en esta exposición, y de tu trabajo en general, responden a una técnica fotográfica muy clásica pero los objetos retratados o el uso del color son muy contemporáneos. ¿Quiénes son tus influencias en este campo?
Hay un fotógrafo llamado Bob Mizer que durante los 50 realizaba una revista sobre posados de gente muy musculada, que de forma secreta era una revista gay, aparecían hombres muy fuertes posando casi desnudos en fotografías de estudio, la publicación se llamada Physique Pictorial y fue una gran inspiración importante para mí, y muchos fotógrafos como Mapplethorpe, al que le encantaba. Mapplethorpe también es una gran influencia en mi trabajo, los retratos de estudio de Avedon, Peter Hujar… Me gusta mucho Berenice Abbot porque, aunque la fotografía en estudio no es lo único que hago, es una gran parte de mi trabajo, y ella fue una de las grandes en este campo. Berenice Abbot tuvo una carrera increíble fotografiando arquitectura también, me gusta su diversidad. La verdad es que cuando empecé a hace fotografía en estudio estaba realmente nervioso, es muy difícil hacer algo diferente en estudio, al fin y al cabo estás retratando a alguien con un papel gigante de fondo, y es un campo muy explorado por artistas geniales, así que pensé que nunca iba a encontrar mi ‘voz’. Pero gracias a este proyecto, ‘Yearbook’, conseguí encontrarla. Trabajo con coreógrafos, ponemos la música preferida de las personas a las que voy a fotografiar, les animamos a moverse y a bailar; y ha sido genial ver que esta forma de trabajar funciona en el estudio porque es exactamente lo mismo que hago cuando trabajo en exteriores fotografiando el paisaje americano.
Hay un mundo retratado en esas fotografías, las realizadas al exterior, que tiene una apariencia bucólica y fantasiosa ¿Cómo lo describirías?
Me encantan los viajes en coche, me encanta escapar de la ciudad y encontrar lugares maravillosos perdidos en mitad de la nada. Es una especie de mundo fantástico y fantasioso donde hay movimiento y color, donde la paleta de colores está saturada, y la gente está siempre desnuda. Es muy divertido, pero es difícil encontrar estos sitios, donde las personas que retrato puedan saltar o bailar, por ejemplo, sobre un glaciar. Y sobre todo es complicado hacer fotografía en estos lugares por las condiciones del tiempo, o del espacio, pero cuando veo los resultados, son verdaderamente bonitos y merece la pena. Creo que para ser reconocido en el mundo del arte es imprescindible tener tu propia ‘voz’ que sea fácilmente identificable, y que forme parte de una visión conjunta.
La revista GQ, en 2014, en una entrevista en la que precisamente se hablaba de esta visión tan particular, te consideraba ‘el fotógrafo más importante de la actualidad en América’. ¿Cómo te hace sentir esta afirmación?
Dicen que un artista nunca debe terminar de creerse todo lo que la prensa dice de él (entre risas). Creo que no es tan importante para mí como lo es para mi madre. Ella me ha apoyado desde los comienzos en mi carrera, entendiendo y aceptando mi trabajo, así que cuando ve que mi éste se muestra en instituciones o que recibo comentarios tan halagadores cómo éste legitima su percepción sobre mí y mi trabajo. Le hace pensar que lo hago es real, impacta a la gente. Todos los artistas, al final, siempre andamos buscando de alguna forma cierta legitimación de nuestro trabajo como respuesta.
Muchas gracias por la conversación, Ryan.
Gracias a La Térmica por esta oportunidad de mostrar mi trabajo en España.
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La exposición ‘Yearbook’ se puede visitar en La Térmica hasta el 4 de febrero de 2017, de martes a domingo, de 11.00 a 14.00 y de 17.00 a 21.00 horas.
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