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Las flores acompañan nuestros rituales de bodas, nacimientos y entierros. Decoran nuestras casas. De ellas sacamos buena parte de la esencia de los perfumes, y son fuente de inspiración para pintores, arquitectos y modistos desde la antigüedad. Pero ¿cuáles son realmente las flores originarias que han dado lugar a nuestras flores cultivadas? Para ilustrar su libro, Santamans no ha ido a buscar las flores más exóticas, sino que nos ha invitado a descubrir la belleza cercana: las flores y plantas que viven en nuestros prados, bosques y humedales. Su intento de recuperación de la memoria vegetal enlaza con un reciente y creciente movimiento de recuperación del valor de lo natural y la belleza bosquesina desarrollado tanto a nivel científico, como ético, social y artístico. “Hemos olvidado cuáles son los símbolos y las propiedades medicinales de nuestras flores silvestres.
