ACTIVIDAD APLAZADA / Taller de Fabricación de Tambores Rituales Nativos Americanos. Por Jesús Sánchez Arriola

Cursos y Talleres

Esta actividad queda aplazada hasta nuevo aviso. Sentimos las molestias ocasionadas

 


Inscripción previa

Máximo 25 personas. Mínimo 10 personas.

Precio: 175 €/ persona.

 

Alce Negro dice: La forma redonda del tambor representa el Universo, y su toque regular y fuerte es el pulso del Corazón que late en su Centro. Es como la voz del Gran Espíritu. Este sonido nos pone en movimiento y nos ayuda a comprender el misterio y el poder de todas las cosas.

Este es un taller práctico y teórico, donde conocerás a través del artesano el proceso completo de construcción del tambor y donde realizarás la unión de los elementos y el cosido tradicional nativo americano para que puedas disponer de tu propio tambor, por lo que cada tambor será totalmente único, y tendrá su propio sonido. Asimismo, irás aprendiendo distintos aspectos culturales y antropológicos asociados a diferentes culturas que han utilizado estos tambores y sus usos a lo largo de la Historia. Los tambores nativos son un objeto de profunda comunión con la naturaleza: la parte vegetal con las maderas del árbol y la cuerda de cáñamo y la parte animal con las pieles cutidas y secadas que permiten la vibración.

 

CRONOGRAMA

Sábado por la mañana de 9.00 a 14.00 horas

  • Introducción teórica del taller. Historia, antropología y usos rituales del tambor.
  • Tratar la madera que forma el aro del tambor y su acabado
  • Realizar los agujeros en la piel
  • Unir el aro con la piel con el cosido tradicional realizado con la cuerda de cáñamo.
  • Dejar secar el tambor

Sábado por la tarde de 16.00 a 20.00 horas

  • Construir la maza que golpeará el tambor
  • Visualización práctica de todo el proceso completo de construcción del tambor

Domingo de 9.00 a 14.00 horas

  • Afinación y retensado de tambor.
  • Ritmos básicos para conexión con el tambor. Muestras de rituales de diferentes culturas.
  • Despedida y cierre

 

INTRODUCCIÓN TEÓRICA

A lo largo de la historia de la humanidad el tambor ha sido parte y sigue siendo de todas las culturas, continentes y tiempos. Algunos investigadores sitúan el tambor como el primer instrumento usado por el hombre en la prehistoria.

Siempre han estado asociados a rituales, mitologías, celebraciones, trabajos medicinales… siendo el latido de unión entre las comunidades y el que marca el latido y ritmo de estas, ocupando el lugar de base rítmica musical en todos los estilos.

Está científicamente demostrado que escuchar el ritmo monótono de los tambores facilita la producción de ondas cerebrales de rangos alfa y theta. Muchos nativos se refieren al sonido del tambor como al latido de la tierra. En este aspecto, es de destacar que la frecuencia de la resonancia electromagnética de la tierra, que ha sido medida en 7,5 ciclos por segundo, resulta equivalente a las ondas cerebrales theta.

Parece que el sonido del tambor permite alinear las ondas cerebrales con el latido de la tierra. Para propiciar un estado mental alterado que ayude vivir determinadas experiencias asociadas a lo transcendental, es necesario escuchar un sonido rítmico de 205 a 220 golpes por minuto. Este ritmo induce al cerebro a producir ondas cerebrales lentas, de entre 7 a 4 ciclos por segundo, o menos.

El tambor está realizado con elementos básicos de la naturaleza como son la madera, la piel y cuerdas de fibras naturales, aunque en los últimos tiempos han ido evolucionando y podemos encontrarnos tambores con cajas metálicas y parches de nylon, más resistentes y menos expuestos a las inclemencias del tiempo.

Mitológicamente, el chamán realiza la caja del tambor con un trozo del Árbol de la Vida, del Axis Mundi, proporcionado por sus guías. Así pues, cada vez que el chamán toca el tambor, accede al Eje del Mundo.

Su cuero tensado simboliza el plano horizontal (el plano sagrado en el cual habita la comunidad situado en el centro de las cuatro esquinas del mundo) en conexión con el plano Vertical (a través del eje cósmico que da acceso al Cielo y al inframundo).

Podemos confirmar, a través de todas las investigaciones antropológicas realizadas, que el tambor es un instrumento universal y que contiene en cada una de sus formas y materiales aspectos etnográficos y culturales de cada pueblo o sociedad.

Así, entre otros, podemos encontrar tambores en Siberia, presente como elemento fundamental en todas las ceremonias, usado para llamar a los espíritus y para obtener energía vital o entrar en trance. Estos tambores son redondos en el Norte, y de forma oval en el Sur de Siberia, hechos de piel de reno o caballo, con el bastidor de madera o de junco trenzado. El ritmo que determina el tambor al ser batido por el chamán es acompañado por las palmadas de los presentes.

Para los mapuches, el kultrün es el instrumento más sagrado e importante de su cultura. Literalmente, el universo y la síntesis del mundo están contenidos en ese madero ahuecado y recubierto con un cuero de chivo. Es inseparable de las machis (autoridades espirituales) y permite la comunión o conexión con sus divinidades.

Para los lapones los tambores llamados noajdde o noaiti son utilizados con el canto. Gracias a la monótona cadencia que genera, entran en trance para abandonar su cuerpo y acceder al mundo de los espíritus. Para acceder a él, utilizaban a modo de mapa del otro lado los dibujos del tambor, que se convierten en una suerte de guía.

En Europa uno de los tambores nativos es el Bodhran. Henry Geraghty, creé que se originó en Asia Central, y fue llevado a Irlanda a través de Europa por las migraciones célticas. Otros investigadores creen que se originó en África y llego a Irlanda por España, de hecho, en Asturies tenemos un “panderu” sin sonajas (ruxideres) llamado “Vanu”, que se toca con la mano o con una baqueta como el stick del bodhran.

El “Vanu” es un útil de labranza con el que se advienta el grano de escanda y trigo para separarlo del salvado, aún hoy día se utiliza para las dos funciones.

De todas estas culturas se definen la clasificación de los tambores donde nos encontramos con tambores redondos, cuadrados, de aro o mano, octogonales, tambores de agua, de tierra,  que pueden ser tocados directamente con la mano o con mazas, baquetas, sticks y estas a su vez pueden ser simples o dobles. Algunos contienen elementos de percusión añadidos como cuerdas de nylon, pezuñas de animales, cascabeles, bolas cerámicas, etc, y muchos de ellos están decorados con dibujos que simbolizan diversos aspectos tribales y rituales asociados a dicho instrumento.

 

Jesús Sánchez Arriola es músico, folclorista, experto en percusión ritual y fabricante de tambores nativos artesanos. Nacido en Alcalá de Henares y residente desde hace años en la Alpujarra granadina, se inició en la música a los 14 años cuando le regalaron su primera guitarra. Ha estudiado guitarra con Tomás Vega y Gustavo Tagle y canto lírico con el maestro Carlos Otal y el guitarrista, chelista y tenor Ricardo Pérez. Ha dado conciertos de guitarra clásica y recitales de zarzuela formando parte de varias agrupaciones musicales y corales en Alcalá de Henares. Se inició en la percusión tradicional irlandesa de manos de Aída Fernández donde aprendió los ritmos tradicionales, Irlandeses, Gallegos, Asturianos con el Bodhran. Ha formado parte de blocos -formaciones de percusión tradicional de Brasil y creó el grupo de música tradicional irlandesa “The people of the heap”. Es instrumentista (banjo tenor y Bodhran) en el Grupo de Música Tradicional Irlandesa Wildcats de la Alpujarra de Granada con los que graba 3 discos de folk Europeo, vocalista solista en el Coro de la Ciudad de Orgiva, “Coral Encanto”, director musical en la Asociación Batukeira Ritmos de la Montaña donde ejerce actualmente, director musical en el Grupo Gael Force (folk europeo) y director musical en el grupo de Samba de Órgiva.

Se inició en la construcción de tambores tradicionales de Macaratú, por nativos de la cultura Maracatu Nação, género de rendimiento afrobrasileño practicado en el estado de Pernambuco. A partir de ahí se inicia en la construcción artesanal de tambores, Alfaias, Nativos Amerindios o Charros, donde la tradición y la artesanía van de la mano.

 



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