La Térmica Ajedrez. Un día con un maestro: Julio Granda

Con Julio Granda y la Asociación Ajedrez Social de Andalucía. Colabora la Fundación Kasparov de Ajedrez para Iberoamérica.

3 de marzo de 2017

Mesa redonda «Un milagro en el tablero: la increíble historia de Julio Granda”
De 17:00 a 18:00 horas

Sala 001

Exhibición de partidas simultáneas a la ciega
De 18:15 a 20:30 horas

Sala 008

La Térmica

Entrada libre hasta completar aforo

Para participar en las partidas simultáneas escriba un e-mail a [email protected] indicando en el asunto: TÉRMICA AJEDREZ

El ciclo #La Térmica Ajedrez organizado por la Asociación Ajedrez Social de Andalucía con la colaboración de la Fundación Kasparov de Ajedrez para Iberoamérica continúa su partida entre los escaques, el arte y la divulgación hacia todos los públicos interesados. En esta ocasión contaremos con la participación del Gran Maestro Internacional peruano Julio Granda, uno de los mayores genios que ha dado la historia del juego-ciencia. Para la sesión completa primero se producirá la charla ‘Un milagro en el tablero. La increíble historia de Julio Granda’ entre el ajedrecista peruano y el periodista Manuel Azuaga, especializado en ajedrez. ¿Cómo se consigue triunfar entre los mejores del mundo sin dedicarle un mínimo de tiempo al estudio del ajedrez? ¿Es el suyo un caso extraordinario? ¿Nació con un talento natural para el noble juego? Julio pasó su infancia en el campo, en una familia humilde, y entre torneo y torneo cultivaba la tierra de su querida Camaná. ¿Hasta qué punto influyó esta vivencia en su carácter tranquilo y en su carrera como ajedrecista? Y tras la charla abierta al público Granda jugará cinco partidas simultáneas a la ciega; o lo que es lo mismo: sin ver los tableros, solo recordando en su cabeza cada uno de los movimientos de las partidas. Matemáticamente, para 5 tableros, supone recordar con exactitud la posición de 160 piezas de ajedrez.

Julio Granda nació en Camaná (Perú) el 25 de febrero de 1967. Aprendió a jugar al ajedrez con solo cinco años (movía peones antes de saber hablar y escribir) mientras observaba cómo su padre, Daniel Granda, enseñaba a sus hermanos mayores los secretos del juego. Muy pronto demostró un extraordinario talento natural y en 1980, con trece años, se proclama Campeón Mundial Infantil sub-14 en Mazatlán, México. Fue tal la repercusión de su hazaña que fue recibido, junto a sus padres, en el Palacio de Gobierno por el Presidente de la República, Fernando Belaúnde. Granda es un caso único, representa casi un milagro, pues en su vida únicamente ha leído un libro de ajedrez, el tercer tomo del conocido Tratado General de Ajedrez, de Roberto Grau. Tras un período retirado oficialmente de los tableros volvió con fuerza al circuito de torneos de élite y demostró, a sus 49 años, que, en ocasiones, la edad puede menos que el talento.